En BASCOSTA sabemos que el mantenimiento es clave para garantizar la precisión y la confiabilidad en los equipos de pesaje. Una báscula, como todo instrumento de medición, con el tiempo puede desajustarse debido a factores de operación, ambiente o uso.
Por eso, la gran pregunta es: ¿cada cuánto debe hacerse el mantenimiento?
La respuesta no es única, depende de varios factores que analizamos a continuación:
1. Frecuencia de uso
El número de veces al día que se utiliza una báscula, las horas de operación y los días de trabajo a la semana influyen directamente en la necesidad de revisiones más frecuentes.
2. Entorno operativo
El polvo, la humedad, las vibraciones o el contacto con materiales corrosivos generan un impacto en los componentes de la báscula. En ambientes más exigentes, se recomienda acortar los intervalos de mantenimiento.
3. Tipo de carga
No es lo mismo pesar vehículos de gran tonelaje, carga estática o mercancías delicadas. Cada tipo de carga ejerce diferentes esfuerzos sobre la báscula y puede definir la periodicidad del servicio técnico.
4. Normas de calidad
Algunas certificaciones, como las ISO, establecen frecuencias específicas para mantenimiento y calibración de equipos. Cumplir con estas normas asegura trazabilidad y confianza en los procesos.
5. Historial de fallas
Un registro detallado de incidentes o errores recurrentes en la báscula es fundamental. Si los fallos aumentan, es necesario intensificar la frecuencia de revisión.
Conclusión
No existe un periodo universal para el mantenimiento de una báscula. La frecuencia ideal se determina evaluando estos cinco factores: uso, entorno, tipo de carga, normas de calidad e historial de fallas.
En BASCOSTA recomendamos a cada organización revisar sus condiciones particulares y establecer un plan de mantenimiento que garantice equipos confiables, disponibles y precisos.